QUE SON LAS CRIPTOMONEDAS

Una criptomoneda es un activo digital que emplea un cifrado criptográfico para garantizar su titularidad y asegurar la integridad de las transacciones, y controlar la creación de unidades adicionales, es decir, evitar que alguien pueda hacer copias como haríamos, por ejemplo, con una foto. Estas monedas no existen de forma física: se almacenan en una cartera digital. Las criptomonedas cuentan con diversas características diferenciadoras respecto a los sistemas tradicionales: no están reguladas ni controladas por ninguna institución y no requieren de intermediaros en las transacciones. Se usa una base de datos descentralizada, blockchain o registro contable compartido, para el control de estas transacciones. Al hilo de la regulación, las criptomonedas no tienen la consideración de medio de pago, no cuentan con el respaldo de un banco central u otras autoridades y no están cubiertas por mecanismos de protección al cliente como el Fondo de Garantía de Depósitos o el Fondo de Garantía de Inversores.

En cuanto a la operativa de estas monedas digitales, es muy importante recordar que una vez que se realiza la transacción con criptomonedas, es decir, cuando se compra o vende el activo digital, no es posible cancelar la operación porque el blockchain es un registro que no permite borrar datos. Para “revertir” una transacción es necesario ejecutar la contraria. Ya que estas monedas no están disponibles de forma física, hay que recurrir a un servicio de monedero digital de criptomonedas, que no está regulados para almacenarlas.

REPARTIR DIVIDENDOS EN LA EMPRESA

Los dividendos son una de las principales razones por las que los inversores suelen compran acciones en una compañía y, a su vez, también son un mecanismo muy utilizado por las empresas para atraer financiación. La palabra dividendo tiene su origen en el vocablo latino dividendus y significa “cantidad a dividir”, por lo que en el ámbito mercantil se utiliza para definir la porción de los beneficios que una empresa reparte anualmente entre sus accionistas. Dicho de otra forma, los dividendos son las rentas que obtienen los dueños de las acciones como contraprestación por haber invertido en la empresa. Los dividendos son un factor importante que los accionistas e inversores tienen en cuenta a la hora de comprar o no las acciones de una compañía, aunque no es el único criterio. El posible beneficio futuro por vender las propias acciones a un mayor precio debido a la revalorización es otra de las motivaciones para invertir.

No en todos los casos la posesión de una acción significa recibir dividendos, pues estos generalmente están directamente relacionados con las ganancias que una empresa obtiene durante un ejercicio, así como a sus estados financieros. Un escenario para explicar lo anterior son los resultados que reflejan pérdidas o que, aun obteniendo beneficios, estos deban destinarse a sanear las cuentas de periodos anteriores. También es posible que las empresas, sobre todo las que aún están en procesos de expansión o capitalización, decidan utilizar las ganancias para reinvertirlas en su propio crecimiento y no las reparta entre los accionistas. Por norma general, cuando las empresas cierran sus cuentas anuales, es el órgano de control o Consejo de Administración de la compañía el que, al existir beneficios, propone el reparto de los dividendos, y es la Junta General de Accionistas la encargada de aprobar dicho reparto. Tras conocer qué son los dividendos y cómo se calculan, es momento de abordar cuáles son las opciones más comunes que existen a la hora de repartirlos. Se suele considerar entre otras cuestiones; si es de forma anticipada, a través de un pago único o fraccionado, o si se trata de una retribución en dinero o en acciones de la propia compañía. Veamos cada caso.

QUÉ ES LA DEVALUACIÓN Y CÓMO AFECTA A MIS FINANZAS

Hay veces que uno o varios países necesitan que su moneda pierda valor y recurren a diferentes estrategias para conseguirlo. Esto forma parte de su política monetaria y, en algunos casos, puede influir directamente en tus finanzas personales. En el pasado el dinero era, principalmente, monedas hechas de oro, plata o bronce y su valor era el mismo del metal que las formaba. Con el tiempo, cuando empezaron a escasear estos materiales preciosos, fue necesaria la elaboración de billetes de papel y monedas de elementos menos costosos, como el

cobre, aluminio o estaño, entre otros. Desde ese momento, el valor del dinero dejó de estar contenido dentro de sí mismo -pues ya no tenía metales preciosos y se convirtió en un valor representativo de la riqueza que posee el país que emite dicho dinero. Es decir, si tenemos un euro, dólar o peso, lo que realmente tenemos es un soporte físico que acredita que somos dueños de esa parte de la riqueza guardada en cada banco central.

Cabe resaltar que existen otras múltiples formas de propiciar la devaluación, como la emisión intencionada de dinero que genera que, al tener más billetes y monedas en circulación, su valor disminuya al no haber riqueza suficiente que respalde esa emisión. Esta práctica en concreto tiene riesgos muy altos para la economía que la pone en marcha, pues conlleva efectos inflacionarios y puede desencadenar una gran presión para que se aumenten drásticamente los salarios y los tipos de interés, que la deuda externa del país se encarezca y, en general, que haya incertidumbre sobre la estabilidad financiera de la nación en cuestión.