En este nuevo entorno, el rol de las finanzas es, cada vez más, un partner de negocio y, su líder, el director financiero, una pieza clave. En la actualidad son muchos los retos a los que se enfrenta el director financiero en su día a día. Pero es precisamente a medida que va transformando su perfil, adecuándose a ese rol cada vez más transversal y estratégico, como se va aproximando a la figura del CEO. Bien porque ambos perfiles se acercan y comparten habilidades o porque su mayor protagonismo y su estrecha relación con dueños, accionistas e inversores convierte al CFO en el sucesor natural del CEO. Según nos comenta el despacho ARH ECONOMIST.
El gran cambio de los últimos años es que debemos ser más ambicioso y dar un paso más.
El CFO del futuro que actúa como catalizador, que da apoyo a todas las áreas, que asume un papel de comunicación interpersonal y de gestión de personas y que ejerce como interlocutor con el accionista y los inversores en cada empresa. Un director financiero debe tener las cualidades necesarias para que la empresa evolucione y se adapte correctamente a cada situación como hemos visto en los últimos tiempos. Estas habilidades influyen en la situación financiera de la empresa, marcando cómo se gestionan dichas situaciones y la probabilidad de éxito o de fracaso, gestionando la estrategia correcta según cada caso, sector y empresa.